Una de las razones por las que el adiestramiento con refuerzo positivo es tan eficaz es que utiliza recompensas para enseñar al perro lo que se espera de él.  Cuando el perro realiza el comportamiento deseado, se le proporciona una recompensa, casi siempre en forma de golosina (para perros claro, una buena golosina pude ser pedacitos de panchos cortados bien chicos), pero también puede ser una caricia detrás de las orejas, un masaje bajo la barbilla o una palmadita en la cabeza.  Lo importante es que el perro sea recompensado constantemente por hacer lo correcto.

El adiestramiento con recompensa se ha hecho cada vez más popular en los últimos años, pero lo más probable es que algún tipo de adiestramiento con recompensa entre humanos y perros se haya llevado a cabo durante cientos, si no miles, de años.

Un poco de historia canina. 

A la hora de entender qué hace que el adiestramiento con recompensas sea tan eficaz, resulta muy útil conocer la historia de los humanos y los perros.  Los primeros perros fueron probablemente cachorros de lobo que fueron domesticados y utilizados por los primeros humanos para protegerse de los depredadores, como sistemas de alarma y más tarde para vigilar y pastorear el ganado. 

Es posible que los cachorros de lobo que hacían mejor compañía fueran los más fáciles de adiestrar, o es posible que estos primeros perros fueran cachorros de lobo huérfanos o abandonados.  Sea cual sea su origen, hoy en día hay pocas dudas de que la gran variedad de perros que vemos en la actualidad tiene su origen en el humilde lobo.

Las manadas de lobos y perros.

Las manadas de lobos, al igual que las de perros salvajes, funcionan según una estricta jerarquía de manada. Dado que las manadas de lobos y perros cazan en grupo, este tipo de jerarquía, y la cooperación que conlleva, es esencial para la supervivencia de la especie.  Cada perro de la manada conoce su lugar en ella y, salvo en caso de muerte o lesión, la jerarquía, una vez establecida, rara vez cambia.

Por lo tanto, todos los perros están predispuestos por naturaleza a buscar la orientación del líder de la manada.  La base de todo buen adiestramiento canino, incluido el basado en la recompensa, es que el adiestrador se convierta en el líder de la manada.  El líder de la manada es algo más que el perro dominante, o el que dice a todos los subordinados lo que tienen que hacer.  Lo más importante es que el líder de la manada proporciona liderazgo y protección, y su liderazgo es vital para el éxito y la supervivencia de la manada.

Un ejemplo de como comportarnos con nuestros perros cuando llegamos.

Lo que les queremos dejar como importante en Recreo Canino; es que el perro se vea a sí mismo como parte de una manada, que reconozca al humano como líder de la misma y que respete su autoridad.  Algunos perros son mucho más fáciles de dominar que otros.  Si observa a un grupo de cachorros jugando durante un rato, reconocerá rápidamente las personalidades dominantes y sumisas. 

Un perro con una personalidad más sumisa será, por lo general, más fácil de adiestrar utilizando el refuerzo positivo, ya que no querrá desafiar al adiestrador por el liderazgo.  Sin embargo, incluso los perros dominantes responden muy bien al refuerzo positivo.  De hecho, hay pocos perros que no respondan bien al refuerzo positivo, también conocido como adiestramiento con recompensa.

El refuerzo positivo es también la mejor manera de reeducar a un perro que tiene problemas de comportamiento, especialmente a uno que ha sido maltratado en el pasado. Conseguir el respeto y la confianza de un perro maltratado puede ser muy difícil, y el refuerzo positivo es mejor que cualquier otro método de adiestramiento para crear este importante vínculo.

No importa el tipo de perro con el que trabaje, lo más probable es que pueda ser ayudado con métodos de adiestramiento de refuerzo positivo. Basar los métodos de adiestramiento en el respeto y la confianza, en lugar de en la intimidación y el miedo, es la mejor manera de obtener lo mejor de cualquier perro.

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