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La empatía y apoyo emocional en perros

por Recreo Canino

A lo largo de los años, ha habido múltiples estudios que buscan la respuesta a el porqué es el perro el mejor amigo del hombre. Sin embargo, muchos dueños no se dan cuenta de la verdadera profundidad del vinculo con su animal de compañía, es por esto que desde la facultad de veterinaria de TECH se trae este artículo que explica la empatía de los canis familiaris desde la ciencia.

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La empatía y apoyo emocional en perros

por Recreo Canino

A lo largo de los años, ha habido múltiples estudios que buscan la respuesta a el porqué es el perro el mejor amigo del hombre. Sin embargo, muchos dueños no se dan cuenta de la verdadera profundidad del vinculo con su animal de compañía, es por esto que desde la facultad de veterinaria de TECH se trae este artículo que explica la empatía de los canis familiaris desde la ciencia. 

¿Por qué es el perro el mejor amigo del hombre?

Aunque varios historiadores están en desacuerdo sobre el siglo exacto en el cual el humano empezó a domesticar al perro, la mayoría establece que fue hace más de 15.000 años. Así, estos han evolucionado hasta contar con rasgos particulares que favorecen su convivencia y la creación de relaciones fraternales con el hombre.

Gabriela Luciana Barrera, investigadora del Instituto de ciencias veterinarias del Litoral en Argentina, destaca tres características de los perros domesticados: su sociabilidad, docilidad y sincronización.

En lo que respecta a la sociabilidad, frecuentemente, y según sus experiencias tempranas, los perros gustan de conocer de otros de su especie, pero también de humanos. Según Barrera, en estudios comparativos entre cachorros de lobos y perros, a pesar de que ambos estuvieron constantemente expuestos a contacto con los investigadores, los primeros siempre prefirieron socializar con su propia manada mientras que los segundos se acercaban más a los humanos.

El segundo rasgo es su docilidad; durante siglos se ha entrenado a los perros para que ayuden en diferentes áreas e incluso se ha acudido a la genética para lograr estos objetivos. Así, según la raza del cánido se les facilita su adaptación a los roles necesarios, de este modo, para un perro cazador será más sencillo aprender a detectar bombas o ayudar en rescates mientras que se ha demostrado que las razas de compañía sienten un nivel más alto de empatía.

La sincronización viene de la mano con el tema principal de este artículo: la empatía. En su nivel más básico esta se define como la capacidad de notar y experimentar las emociones del otro, por lo tanto, las investigaciones se han enfocado en cómo asimilan los perros las emociones de sus dueños y de desconocidos.

En múltiples ocasiones, cuando se somete al dueño a nivel alto de estrés y aumentan sus niveles de cortisol, también lo hace el de sus mascotas. Sin embargo, la intensidad de las emociones del cánidos reduce significativamente cuando quien las experimenta es un desconocido, por lo que se concluyó que los perros generan más empatía según su cercanía con el otro.

En el caso del miedo, al igual que los bebés, se ha descubierto que, ante la presencia de un objeto o individuo nuevo, los perros alternan la mirada entre este y sus dueños para decidir si acercarse o alejarse. Del mismo modo, si su amo siente miedo, ellos se podrán a la defensiva o se asustarán según su personalidad.

Aun así, muchos animales pueden generar empatía. Esta les sirve para sobrevivir y evitar situaciones que otros ya han identificado como peligrosas, donde los perros realmente difieren es en su afán de ayudar a sus dueños. Hay numerosos testimonios sobre canes sin entrenamiento que al sentir que sus amos estaban en peligro o que pedían ayuda han acudido a su rescate.

En estudios científicos, se ha puesto en situaciones “peligrosas” a desconocidos y a los dueños del animal para ver su reacción, asimismo, se ha encerrado a los dueños mientras estos leían o estaban tranquilos como métodos de control. En la mayoría, los perros acudían al rescate de ambos individuos y aumentaban sus niveles de estrés, aun así, su cortisol crecía más cuando se trataba de su dueño y aún más si llevaban varios años conviviendo con él.

En conclusión, los perros han evolucionado para sentir al humano como parte de su familia y protegerlos, sin importar su propia seguridad. Las investigaciones continúan para obtener resultados definitivos, por ejemplo, si sucede este proceso a la inversa y los humanos pueden sentir el estrés de sus canes y asimilarlo, también se busca entender más el comportamiento de otras especies domesticadas como los gatos. Por ahora, es claro que el lazo que existe entre los dueños con sus perros es completamente real tanto emocionalmente como biológicamente.

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